viernes, 28 de noviembre de 2014

Un poema de Luis López Navarro

Me resulta muy grato descubrir que Luis, 
legendario compañero de farras de mi hermano, 
llevaba dentro de sí un poeta, y ello es más que 
manifiesto en su poemario recientemente 
publicado: Equinoccios. Entresaco un poema 
que describe con mucho tino sintético esta 
profesión  nuestra de enseñantes -él es profesor 
de Física en un instituto de Valencia- 
desde el punto de vista más próximo a la pizarra 
(y en el que no deja de colarse 
una evocación de otro viejo profesor: 
el "Recuerdo infantil" de Antonio Machado):


Tres latinajos,
muchas órdenes,
dos discursos inspirados,
algunas pruebas,
cuarenta textos,
gritos, desórdenes,
momentos dulces,
imprecación.
Entre bastante sol
y poca monotonía
de cristales
instruir deleitando, se pretende
y un cielo azul muy suave
en dulcísimos
finales de trimestre.


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