martes, 25 de diciembre de 2012

Opinión de Leopoldo Alas "Clarín" sobre la polémica a propósito de la mula y el buey

En su relato navideño “El frío del Papa” (Cuentos morales, 1895) Clarín hace que el protagonista, Aurelio Marco, tenga un sueño en que recupera la fe de su infancia. Este es un fragmento de dicho sueño:

Aurelio y la moza garrida que le hace volar, llevándole en vilo, llegan a verse solos... no importa, siguen. El camino hace un recodo en un altozano; el horizonte se ensancha y lo corta con obscuridad simétrica el perfil de un gran templo, de cúpula inmensa. Aurelio se ve solo dentro de la nave cuyas bóvedas se pierden en las sombras de la altura. Por la parte del ábside el gran templo está en ruinas y deja ver el campo, las montañas y las estrellas; en el altar mayor hay una cuna humilde en un pesebre; del lado del Evangelio hay una cama de hospital, limpia y pobre; en la cuna gime y tirita de frío un niño de piel de rosas; en la cama humilde tirita un anciano caduco, pálido como la cera, de piel transparente, en los huesos.
Las estrellas parece que envían sobre la cuna y la cama efluvios de hielo. ¡Cuánto
frío! ¡Qué desnudez! Una mula y un buey están al lado de la cuna; el buey arroja
nubes del vapor de su aliento sobre el niño en la cuna. El anciano, que se muere
de frío, de tarde en tarde levanta la cabeza temblorosa y mira hacia la cuna, y
sonríe agradecido al buey que calienta con su aliento al niño. El frío hace delirar al
anciano, que piensa, con esos consuelos de la pesadilla que huye del dolor:
«Mientras él no se hiele, yo no me hielo».
Aurelio ve que de repente entran en la nave del templo tres personajes vestidos de
púrpura y oro, con sendas coronas en la frente; son, como el buey y la mula,
figuras de nacimiento de tamaño natural. Bien los conoce: son Baltasar, zapatero y
clarinete en la murga del municipio; Melchor, sacristán y figle de la banda; Gaspar,
panadero y cornetín. Los Reyes Magos rodean el lecho del anciano. «¡Se muere
de frío!» dijo Melchor.
-«¡Se hiela en esta noche eterna del mundo sin fe, sin esperanza, sin caridad».
Esto lo dijo Gaspar.
Y Baltasar, suspirando: «Cubrámosle con nuestro manto».
Y Baltasar entonces echó sobre el Pontífice León XIII, que este era el anciano del
lecho humilde, echó su manto pesado de púrpura, y Gaspar el suyo, y Melchor el
suyo.
El buey, que los veía, dejó un momento al Niño, y vino también a calentar con su
aliento al Papa, que se moría de frío.
Aurelio Marco, de rodillas, sentía la inefable emoción del dolor religioso, de la
sumisión piadosa a las despiadadas lecciones del misterio impenetrable y santo.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Probemos a decir Sí


Los días no pasan por la triste España de Larra. Cuando gran parte del personal de ventanillas se ha puesto al día e ir a hacer una gestión no implica necesariamente el “vuelva usted mañana” habitual hasta el advenimiento de los primeros gobiernos democráticos, perduran, sin embargo, resistentes restos de la actitud nacional a darte el NO como primera, y muy frecuentemente única, solución.

En la Clínica donde estoy ingresado, y de la que no tengo ninguna queja, más bien solo gratitud (ayer  interrumpió mi urólogo su fin de semana vacacional y abrió los quirófanos solo para mí, para realizarme una intervención de urgencia –sí, compañeros de trabajo, abandoné el claustro antes de tiempo para irme de urgencias a la clínica) me quedo sin agua antes de las 6 de la madrugada. Como el desayuno tardará en llegar y tengo sed toco el timbre de las enfermeras (por primera vez en los dos días que llevo aquí) para pedirles un poco de agua o un zumito pequeño, algo que aplaque mi sed hasta la hora del desayuno. La respuesta temible, y sin embargo no del todo inesperada, es NO, “hasta que no suban el agua con el desayuno no disponemos de ello, aunque hay una máquina en el pasillo".

Me levanto, busco monedas en los bolsillos del pantalón que tengo en el armario, agarro el palo donde cuelgan el gotero y con un batilongo de esos que vas enseñando el culo, me dirijo por el pasillo en busca de la botella de agua, que deberé llevar a la habitación con la mano que tiene la vía o con la que conduce el palo. ¿Queréis creerme que en el trayecto de ida y vuelta –yo solo por el pasillo de esa planta y con ese palo de gotero que no es silencioso- la enfermera, por delante de la cual pasé dos veces, ni siquiera levantó la vista de la pantalla del ordenador.

¿Pertenecerá a esa generación de nuevos rinocerontes? No es difícil distinguirlos cuando se entra en un autobús: mantienen la mirada baja, fija en un aparato electrónico, a través del cual se comunican (what`s up o algo así se llama el mecanismo) o más frecuentemente… juegan.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Lectura y Redacción navideña para 3º A y B

La próxima Lectura para 3º ESO será El niño del pijama de rayas, de John Boyne, en editorial Salamandra. Existe el formato normal que vale unos 13 €, pero también el formato de bolsillo (que no llega a los 7 €). Podéis decidiros por el que queráis. Para aquellos que ya hayan leído esta novela y no la quieran repetir, les doy la opción de leer el Diario, de Ana Frank, del que hay versión en muy diversas editoriales: desde DeBolsillo (unos 10 €) hasta una edición muy básica saldada en las librerías París Valencia por 2 €. Tampoco es difícil conseguirlo como e-book. Las dos obras tienen en común el tema de la persecución y exterminio de los judíos por parte de los nazis durante la segunda guerra mundial. La primera es una novela de ficción y la segunda un diario auténtico.

La fecha del control de lectura será el jueves 24 de enero de 2013.

Aparte de esta lectura (que debéis hacer en Navidad) quiero que  hagáis una redacción de unas 20 líneas (que debe figurar en vuestra libreta) y que tendrá por título: Mis fiestas navideñas. La podéis enfocar poniendo de relieve el núcleo y complemento del Sintagma Nominal (fiestas navideñas) o el Determinante (Mis).
Debe estar hecha para cuando volvamos a clase.

¡¡¡FELICES NAVIDADES A TODOS AND A HAPPY NEW YEAR!!!