Leyendo los sugestivos ensayos
sociológicos de Tarde sobre La opinión y
la multitud, que publicó Taurus, en 1986, y cuya “versión castellana”
corresponde a Eloy Terrón, nos encontramos, para empezar, con una prosa seca,
pesada, poco jugosa, pero además con tantos errores de traducción (y errores de
bulto) que, sin duda, se podría poner como ejemplo de lo que NO debe ser una
traducción. La tendencia mía a leer, si es posible, con el texto original
cerca, para contrastar las dudas que me puedan aparecer en la lectura, me ha
permitido, en este caso, registrar un buen número de verdaderos gazapos,
errores de bulto, que en una edición mínimamente presentable (y Taurus era una
muy buena editorial) no deberían figurar. No he hecho una búsqueda minuciosa,
sino que pongo y comento los ejemplos que me chocaron vivamente y, por eso,
confronté. Proceden del ensayo sobre “La opinión y la conversación”.
1- “Lo lamentable es que no ha
sido solamente contra la opinión,
hecho ya bastante grave, sino también contra la razón, contra la razón
judicial, la razón científica, la razón legislativa o política, de acuerdo con
la ocasión, contra quienes la opinión contemporánea se ha hecho todopoderosa.”
(p. 82)
No tiene mucho sentido que la
opinión (noción clave en el ensayo y que, por eso, Tarde tiende a escribir con
mayúscula) se levante contra la opinión, y al consultar el original vemos que
es contra la tradición, y luego contra la razón (opinión, tradición y razón son las nociones nucleares del
ensayo), contra lo que se levanta.
Le malheur est que ce n'est pas
seulement contre la tradition, chose
déjà bien grave, mais aussi contre la raison, raison judiciaire, raison
scientifique, raison législative ou politique à l'occasion, que l'Opinion
contemporaine est devenue toute-puissante.