domingo, 27 de abril de 2025

Natalia Ginzburg sobre la literatura infantil: "Sin hadas y sin magos"

  

Corrían los últimos años del siglo XX cuando, paseando por el Retiro, en uno de mis viajes a Madrid, me detuve ante un pequeño teatro que habían montado frente al estanque y donde los juglares modernos representaban una obrita con niño y dragón. El caso es que en un momento dado, cuando el niño se asusta ante el dragón, aparece otro personaje, tal vez la madre, tal vez el hada madrina, para decirle al niño que no tiene que asustarse, que el dragón no es malo, solamente es diferente. Me quedé ligeramente aterrado, y tuve una sensación parecida a la que experimenté, cuando veinte años atrás, vi un día, cerca de la estación del Norte de Valencia, a un muchacho bien vestido, al parecer de buena familia, pidiendo dinero. Entonces sentí que algo profundo había cambiado en el mundo en que yo vivía: eran los primeros síntomas de lo que llegaría a ser el estrago de la droga por esos años 80. Ahora, ante esa representación teatral del Retiro, intuía un cambio profundo –y en mi opinión no para bien- que se iba a producir en el universo de nuestros conceptos y estimaciones. Una avanzadilla de lo que se convertiría después en la dictadura de lo políticamente correcto.

 

Leyendo hoy un ensayo de mi querida Natalia Ginzburg, que se titula “Sin hadas y sin magos” (recogido en su recopilación de columnas periodísticas Vida imaginaria), me encuentro con que ella había denunciado casi treinta años antes (abril de 1972) lo que supongo serían los primeros síntomas de esa nociva ideología.

 

miércoles, 23 de abril de 2025

Un poema de José Angel Valente: Maquiavelo en San Casciano

 

MAQUIAVELO EN SAN CASCIANO

 

…non temo la povertà, non mi sbigottiscie la morte

(Carta a Francesco Vettori, diciembre 1513)

 

 

Al tordo que madruga en los olivos

tiendo tempranas redes,

mientras dura setiembre

y un cielo gris apaga

el eco doble de esta pena

en pobreza y destierro.

                   Tengo un bosque

cuya madera hago talar, pues de tan poca

riqueza me sustento.                         

 

Los negocios de la República y los reyes

de España y Francia

o el gran Duque lejos están;

mas bueno fuera que alguien

pagase en este tiempo aquel saber de entonces.

 

Los leñadores en el bosque

disputan entre sí o ponen pleito

a más rudos vecinos,

mientras cierto Frosino da Panzano

arrebata mi leña por diez liras

que tiempo ha le debo, según dice,

de una partida en casa de Antonio Guicciardini.

Al carretero he acusado

como ladrón. Mas fue vano negocio.

 

lunes, 21 de abril de 2025

Algunas anécdotas sobre Carnero y su poesía.

 

En la Facultad de Filología de Valencia, hacia finales de los 70, Jenaro Taléns (en su asignatura Poesía española contemporánea) nos mandó a hacer trabajos por grupos en que debíamos dar cuenta de un poemario completo de poetas contemporáneos vivos. El grupo en que figuraba yo elegimos a Manuel Vázquez Montalbán y su obra Una educación sentimental. No estuvo mal el trabajo y aprendimos bastante de la cultura popular (que se insertaba en sus versos) y también alguna formulación que nos acompañó en muchas de nuestras salidas nocturnas: La noche complica la soledad. A determinados grupos de estudiantes Jenaro les consiguió citas con el autor de la obra para aclarar conceptos. No así al nuestro. Montalbán ya era entonces una gran figura y, además, vivía en Barcelona. Pero recuerdo un grupo de chicas que trabajó un libro de Martínez Sarrión y que se reunieron con él. “Las chicas de Sarrión” les llamamos una temporada. Otro grupo tuvo la suerte de trabajar Dibujo de la muerte, de Guillermo Carnero. Alguno de sus miembros me contó la impagable experiencia de que el autor les explicara el contexto histórico, cultural o artístico que se escondía debajo de cada verso. Para poner los dientes largos.

sábado, 19 de abril de 2025

Un poema de Guillermo Carnero: Vejez de Juan Bautista Tiépolo

 Me topo esta mañana (merodeando por Youtube) con un poema de Guillermo Carnero (de una plaquette de 2003: Poemas arqueológicos) recitado por el propio autor. Como yo mismo me encuentro en plena meditatio mortis, el poema me llega hondo y, como no lo encuentro en el ciberespacio, decido teclearlo por mi cuenta. No respondo por ello de la perfecta puntuación y número de versos, aunque sí de las palabras. En la siguiente dirección (https://www.youtube.com/watch?v=WcaKaLOgMkU) podemos encontrarlo, con unas explicaciones pertinentes del propio Guillermo (y su inmarcesible rictus funerario: cfr. mi post sobre un poema de Brines dedicado a Carnero: https://ccm-cidehamete.blogspot.com/search?q=brines).

 

VEJEZ DE JUAN BAUTISTA TIÉPOLO


Esta noche ha nevado y hace frío.

El agua corre, repitiendo una interrogación ya sin pregunta.

Más allá del jardín hay hambre y lodo

y se cubren de cuervos las fronteras.

Nunca supe ni quise mirar de frente el curso de las horas.

Sólo escuché su blanda melodía en un reloj dorado,

acorde de bellezas sin aviso.

Y nunca probé el agua de una fuente

sino entre las rocallas y cariátides

de la gruta de mármol de un ninfeo.

Ignoré la victoria de la muerte,

la sordidez, el mal, la cobardía,

entre nubes y muros que afirmaban

un sueño de virtudes inmortales:

piedad de Eneas, magnanimidad de Alejandro,

bravura de Perseo, clemencia de Escipión,

candor de Dido.

Pero la soledad, la cobardía, la sordidez

mezclaban mis colores.

Coronada de pámpanos y rosas,

la muerte me tendía los pinceles.





domingo, 13 de abril de 2025

Tangencias inauditas: Victoria y el Greco.

 

O no tan inauditas en este caso. La indicación me viene dada por un documental de la BBC, del año 2011, titulado Tomás Luis de Victoria, el compositor de Dios. En un momento dado, su presentador, el actor y músico Simon Russell Beale, apunta la afinidad entre el músico y el pintor, coetáneo suyo casi perfecto, refiriéndose concretamente a la Anunciación que se conserva en el Museo del Prado.

Y de repente veo el cuadro, como tal vez nunca lo había visto antes (y mira que lo había visto veces), y se me hace evidente lo que comparten, lo que los reúne: ese sentido ascensional que tiene la música del abulense –como buena polifonía sacra que es- es el mismo que podemos percibir en las figuras alargadas del Greco. El arcángel Gabriel se le presenta, lleno de respeto, desde una posición algo más elevada (sobre una nube que ofrece resistencia sólida ante el peso de su pie). La virgen María, no aterrada como señala el presentador, sino tal vez sorprendida, pero ante todo entregada. El Espíritu Santo, todo luz, por encima de ambos, y separando dos espacios, el doméstico, en el que se ha producido una irrupción sacral, y el ya celeste donde, para más inri, un ángel con un libro de música en sus mano izquierda, dirige con la derecha un imaginario concierto en el que participan otros ángeles con diversos instrumentos, a saber, un arpa, un virginal, una flauta, un laúd y una viola de gamba.

Con esa tan marcada y tan plástica referencia genérica a la Música, ¿cómo no pensar en el gran músico español del momento, Tomás Luis de Victoria (por más que su música sea eminentemente vocal y no instrumental)?




miércoles, 2 de abril de 2025

Unamuno: NIEBLA (La inhibición sexual de Augusto Pérez)

Vuelvo a releer Niebla, novela que durante algunos años trabajamos en COU. Me sigue pareciendo una obra interesante, que se lee muy bien, y que plantea curiosos asuntos de cara al lector. Recuerdo que a los alumnos les mandaba a hacer trabajos sobre "Las novelas intercaladas en Niebla", "El papel del lector en la obra", "Niebla: ¿novela o nivola?", "Los personajes de la obra", etc. Pero el comentario que yo me reservaba  era este que pongo a continuación. Me gustaba acercarles algunas nociones del psicoanálisis (freudiano) y remover el tema de la sexualidad. Estaban en plena adolescencia y, como decía un colega de Departamento, "en celo". Tocando temas como el que sigue era más fácil llegarles e interesarles por la literatura. En algún caso lo conseguiría, eso creo.

N.B. Pues que me refiero al antiguo COU, este comentario debe tener más de 30 años entre mis papeles.


El síndrome de inhibición sexual de Augusto Pérez. (Unamuno: Niebla)

             (sobre el complejo de Edipo y la castración)

 

N.B. Los números entre paréntesis remiten a las páginas de la edición utilizada, la de M. J. Valdés, en Cátedra.

 

Ya en la presentación del personaje, al inicio de la novela, nos encontramos con su resistencia a abrir el paraguas a pesar de la llovizna que cae: “Y no era tampoco que le molestase la llovizna, sino el tener que abrir el paraguas. ¡Estaba tan elegante, tan esbelto, plegado dentro de su funda! Un paraguas cerrado es tan elegante como es feo un paraguas abierto.” (p. 109)

 

Mario J. Valdés comenta el pasaje como sigue: “El estado psicológico de ensimismamiento de Augusto se simboliza como cerrado y su oposición de interacción libre como abierto; por lo tanto se simboliza la preferencia de Augusto por lo cerrado frente a lo abierto. Pero además el paraguas representa la sexualidad y los problemas que tendrá Augusto con el encuentro sexual. El paraguas cerrado es un símbolo fálico que se convierte en sexo femenino al abrirse.” (26)

 

En apoyo de esta concepción del paraguas como símbolo fálico citaríamos aquella imagen del Conde de Leautréamont que tanto encandiló la fantasía de los superrealistas:

 

  bello como el encuentro fortuito en una sala de disección de una máquina de coser y un paraguas”