Me topo esta mañana (merodeando por Youtube) con un poema de Guillermo Carnero (de una plaquette de 2003: Poemas arqueológicos) recitado por el propio autor. Como yo mismo me encuentro en plena meditatio mortis, el poema me llega hondo y, como no lo encuentro en el ciberespacio, decido teclearlo por mi cuenta. No respondo por ello de la perfecta puntuación y número de versos, aunque sí de las palabras. En la siguiente dirección (https://www.youtube.com/watch?v=WcaKaLOgMkU) podemos encontrarlo, con unas explicaciones pertinentes del propio Guillermo (y su inmarcesible rictus funerario: cfr. mi post sobre un poema de Brines dedicado a Carnero: https://ccm-cidehamete.blogspot.com/search?q=brines).
VEJEZ DE JUAN BAUTISTA TIÉPOLO
Esta noche ha nevado y hace
frío.
El agua corre, repitiendo una
interrogación ya sin pregunta.
Más allá del jardín hay
hambre y lodo
y se cubren de cuervos las
fronteras.
Nunca supe ni quise mirar de
frente el curso de las horas.
Sólo escuché su blanda
melodía en un reloj dorado,
acorde de bellezas sin aviso.
Y nunca probé el agua de una
fuente
sino entre las rocallas y
cariátides
de la gruta de mármol de un
ninfeo.
Ignoré la victoria de la muerte,
la sordidez, el mal, la
cobardía,
entre nubes y muros que
afirmaban
un sueño de virtudes
inmortales:
piedad de Eneas, magnanimidad
de Alejandro,
bravura de Perseo, clemencia
de Escipión,
candor de Dido.
Pero la soledad, la cobardía,
la sordidez
mezclaban mis colores.
Coronada de pámpanos y rosas,
la muerte me tendía los
pinceles.
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