lunes, 25 de marzo de 2024

LILI MARLEEN: Rosa Sala, García Lorca y Rainer Werner Fassbinder

 

Unas cosas llevan a otras.

 

Una querida amiga me recomienda que vea en youtube una conferencia de Rosa Sala sobre Goethe y su tiempo. Así lo hago y disfruto enormemente (las redes no tienen por qué ser espacios para amplificar lo banal o ejercitar la crueldad, también pueden ser lugares donde acoger los frutos de la inteligencia y creatividad humanas). Rebusco en el ciberespacio cosas de la autora y me entero de que ha escrito un libro sobre la canción Lili Marleen. Veo una entrevista al respecto.

Eso me lleva a revisar la película de Fassbinder, que vi hace muchos años y me encantó. Y entonces se produce el hechizo, la inaudita tangencia.

 

Pero tengo que dar un pequeño rodeo para llegar a ella… Cuando explicaba, años ha, el teatro de Lorca, solía leer en clase su Charla sobre teatro, a propósito del homenaje que le hizo la familia teatral madrileña a raíz del estreno de Yerma (1935), y comentarla demoradamente. Uno de los pasajes que más me gustaban (y son muchos en tan breve texto los memorables), era el siguiente:

 

“Para los poetas y dramaturgos, en vez de homenajes yo organizaría ataques y desafíos en los cuales se nos dijera gallardamente y con verdadera saña: "¿A que no tienes valor de hacer esto?" "¿A que no eres capaz de expresar la angustia del mar en un personaje?" "¿A que no te atreves a contar la desesperación de los soldados enemigos de la guerra?”.

 

Siempre pensaba lo genial que sería representar esa última demanda del autor, que subrayo en negrita. Pues bien, ¿quién lo hizo de forma inmejorable? Nuestro querido Fassbinder. En su película hay varias escenas (sobre todo cuando se emite por primera vez la canción desde radio Belgrado por los nazis, pero también cuando se emite desde radio Calais por los aliados) en que se consigue transmitir esta vivencia de los soldados enemigos de la guerra. Fassbinder los filma como en sobreimpresión, dándole una pregnancia enorme a los gestos  de los soldados (su soledad, la mirada perdida) que escuchan la canción.

 

¿Habría leído Fassbinder el texto de Lorca? Chi lo sa. Podría haber ocurrido, pues el genio bávaro, antes de hacer 3 o 4 películas por año en su etapa más productiva (verdadero monstruo creador), se dedicó unos 10 años a hacer teatro (o mejor, antiteatro) con su grupo de Munich.

 

Fuere lo que fuere, el caso es que nuestro querido Fassbinder dio forma a esa exigente propuesta del genio granadino.

 

Entre genios anda el juego.

 

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