En el memorable repaso y
estudio de los gestos de Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo, la tarde del 23
F, que constituye la trama de Anatomía de
un instante, de Javier Cercas, ese texto que quiso ser novela, se convirtió
en reportaje interpretativo y terminó anhelando ser novela, y al que preferimos
llamar texto u obra para evitar equívocos, escrito con una prosa límpida e
informativa, que no renuncia a ser estética, con sus repeticiones a manera de ritornelli, hay una combinación que
aparece con mucha frecuencia: zumban las
balas.
Desde que me llamó la
atención y empecé a registrarla me la he topado como una docena de veces, pero
sin duda me dejé algunas más antes de que captara mi atención: es cierto que a
la balacera (término que no utiliza, pero que es lícito) de los guardias
civiles denomina en ocasiones tiroteo,
acribillar el hemiciclo, pero sin duda la que más veces emplea es la
citada: “mientras las balas zumbaban a su alrededor” es el sintagma que se
repite obsesivamente.
Lo curioso es que la primera
vez que aparece (pág. 16 en mi edición de Círculo de Lectores) se halla muy
cercana a una cita de Borges, del relato “Biografía de Tadeo Cruz”, recogido en
El Aleph. La cita reza: “Cualquier
destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento:
el momento en que el hombre sabe para siempre quién es.”