Esta magnífica gradación retrógrada constituye un excelente ejemplo del humorismo británico. En este caso con su toque de humor negro. Procede de Thomas de Quincey en Del asesinato considerado como una de las bellas artes:
“Si uno empieza por permitirse un asesinato pronto no
le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del
día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas
para el día siguiente. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo ya no
sabe dónde podrá detenerse.”
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