Me envía Javier un
enlace de sus “50 píldoras humanísticas contra el mal de los tiempos”,
publicado en la Revista digital Entreletras.
https://www.entreletras.eu/temas/cincuenta-pildoras-humanisticas-contra-el-mal-de-los-tiempos/
Me parecen tan buenas
que le pido permiso para incluir algunas en mi blog (que así se enriquece).
Reconocemos el tono de su última novela La
tristeza del sabio, pero también nos complace mucho que ensaye el aforismo,
y así se coloque, toutes proportions
gardées, en la tradición de Nietzsche, Cioran y otros de ese jaez. Me he
reído enormemente con la dilogía de la número 13. La 7 tiene cierta confluencia
de tono con mi último post.
Ahí van unas pocas:
7 – ¿Por qué el cansino
mantra de la pedagogía moderna de que hay que despertar en los estudiantes una
“actitud crítica”, sin jamás mencionar que hay que despertarles también —y
antes que nada— una “actitud admirativa” hacia los logros de la civilización y
las grandes cimas de la cultura?
9 – Ya no se ven
bibliotecas domésticas: esos cientos o miles de libros que antes poblaban los
hogares, no sólo de eruditos y profesores, sino de médicos, ingenieros,
abogados, funcionarios…, gentes instruidas o con ganas de instruirse. Aunque
dispongan de suelo térmico y climatización constante, hoy hace más frío en esos
hogares
13 – VOCACIONES. Hay
quienes ven en los hijos el fin de la vida y hay quienes ven en los hijos el
fin de la vida. Vocación de casado y vocación de soltero: hay que seguirlas.
16 – ¿AVE FÉNIX? La
cultura humanística es una creación tan sutil y delicada en la evolución del
animal humano que hacen falta siglos de esfuerzo para levantarla, pero unos
pocos años bastan —lo estamos viendo— para reducirla a cenizas.
19 – REFLEXIÓN DEL
FILÓSOFO. Las ideas son manjar; la ideología, pienso.
30 – Rousseau, un genio
paranoico, ha sido el más grande intoxicador de conciencias de la modernidad;
desde las fantasías sociales de Marx hasta las imposiciones de última hora son
herencia suya: la nueva pedagogía, el animalismo rampante, el sometimiento a la
corrección política, el victimismo sentimental de nuestros días… Toda la
modernidad, en definitiva, ha seguido los pasos de un loco.
40 – ÉLITE Y VULGO. El
sabio y el necio van en barcos distintos. No es un buen signo el aplauso de la
mayoría. La multitud eligió a Barrabás, no a Cristo.
48 – Decía Ortega y
Gasset en La rebelión de las masas que el hombre
moderno es “un primitivo emergiendo de un mundo civilizado”. Cada vez es más
cierta esa apreciación. ¿Y cómo no pensar en ella cuando contemplamos al
ciudadano vulgar del siglo XXI embobado y embebido en sus sofisticadísimos
chismes de bolsillo?
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