En su primer día de clase, en la aldea más remota de uno de los países más remotos del mundo, Bután, Ugyen, el joven profesor, les pregunta a sus alumnos qué quieren ser cuando sean mayores. Un niño responde: “Maestro” y Ugyen le pregunta extrañado: “¿Por qué?”. La respuesta es sorprendente e inolvidable: “Porque un maestro toca el futuro.”
Así comenzará el proceso de descubrimiento por parte del profesor de ese mundo rural en las montañas, en una escuela donde no hay pizarra, pero puede albergar a un yak, y donde Ugyen llegará a entender por qué Bután es considerado el país más feliz del mundo.
Maravillosa película, maravilloso idilio. Sólo diré que, en el transcurso del filme, sentí, por segunda vez desde que me jubilé de la enseñanza, el deseo de volver a dar clases.
No se la pierdan.
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