XXXIX
Cultivo una rosa blanca,
En julio como en enero,
Para el amigo sincero
Que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
El corazón con que vivo,
Cardo ni oruga cultivo:
Cultivo la rosa blanca.
Pero lo que hoy quería traer al blog es la emoción que me ha producido encontrarme este poema -poema de mi infancia cubana, que aprendíamos de memoria en la escuela- en lugares poco imaginables. Traigo un par de fotos: la primera la saqué en el jardín de un hotel exclusivo que se encuentra en la localidad cántabra de Escalante.
La otra, en un parque infantil de un barrio popular de Pisa: