Cuando
en la edición de Austral de La sala
número seis y otros cuentos, de Chejov, traducidos “del ruso” por N(icolas) Tasín, leyendo el
sorprendente relato “Volodya”, el adolescente de tal nombre piensa en su amor
por Nyuta, una mujer casada de treinta años, se encuentra ridículo en comparación
con ella. A continuación leemos: “Entonces imaginó que era calvo, guapo, ingenioso y vestido a la última
moda. De este modo podía acercarse a ella; sin duda alguna.”
Nos quedamos estupefactos con el primero de los atributos imaginarios. ¿Por
qué demonios desearía un joven ser calvo para poder seducir a una
mujer? Querríamos tener delante el original del texto para comprobar tan
extraña lección. Pero ocurre que no tenemos ese documento, ni sabríamos leerlo
en caso de poseerlo, pues ignoramos la lengua rusa. Solo nos queda buscar otras
traducciones en lenguas conocidas para confrontar ese uso.
En primer lugar nos vamos a la otra traducción al
castellano de que disponemos, la de Juan López Morillas en Alianza Editorial (El violín de Rotschild y otros relatos).
Allí nos encontramos lo siguiente: “Así,
pues, se apresuró a imaginarse guapo, atrevido, chistoso, vestido a la última
moda.” Desaparece la última oración, y el atributo sospechoso cambia por atrevido, aunque en ordenación
ligeramente diferente. Desde luego, resulta más lógica esta enumeración que la
anterior. ¿Quién tendrá razón?
Si nos
vamos a una traducción francesa que encontramos en el ciberespacio (hecha por
Denis Roche, en 1922, del ruso), hallamos la siguiente versión: “Il s’empressait alors de se rêver
beau, hardi, spirituel, habillé à la dernière mode...”. “Beau, hardi” pueden muy bien traducirse por
“guapo, atrevido”, con lo que nos viene a confirmar que la traducción de López
Morillas –que además presenta el mismo orden que la francesa- resulta más
coherente y que probablemente el “calvo”
de Tasin no sea sino un error. Pero, ¿de dónde pudo salir tan tremendo error?
La respuesta nos la va a proporcionar la última traducción que consultamos,
también en Internet.
Se trata
de la traducción al inglés clásica, la de Constance Garnett (1861-1946),
primera traductora al inglés de los narradores rusos y la que los dio a conocer
en lengua inglesa. Reza así: “then he made haste to imagine
himself bold, handsome, witty, dressed in the latest fashion.” La clave está aquí: bold en inglés significa atrevido, osado; pero se parece mucho a bald, que significa calvo. Pensamos que
N. Tasin no traducía del ruso, como afirma la edición de Austral, sino que lo
hacía del inglés y cometió un gazapo estremecedor a causa de una imperdonable
confusión de vocablos.
A menos que ya en ruso haya una
semejanza de vocablos como la del inglés y el error procediera de allí, pero
eso me lo tendría que aclarar alguien que supiera ruso y pudiera manejar el
texto original de Chejov. El guante está lanzado.
P.S. Mi ex-alumna Diana Mykhalyuk, que sabe ruso, me confirma que, en el original de Chejov, la enumeración (красивым, смелым, остроумным, одетым по самой последней моде…) tiene que traducirse "guapo, valiente, ingenioso, vestido según las últimas tendencias". El término en cuestión (смелым) puede traducirse como "valiente, osado, atrevido", es decir, "bold" en inglés, que produce la confusión, pero nunca como "calvo". Quod erat demostrandum.
P.D. Leyendo un ensayo de Ricardo Baeza (gran traductor, entre otros, de Oscar Wilde) sobre la traducción, de igual título que este post (Traduttore: traditore), donde se queja del bajo nivel de las traducciones a lengua española en su época (escribe en 1928), hace la siguiente observación, que creemos viene muy a cuento con lo que acabamos de analizar: "dejando a un lado ese fraude de traducir de una traducción, tan frecuente entre aquellos traductores que gustan precisamente de figurar como traductores "directos" del inglés, el alemán o el ruso."
(Subrayado mío. ¿Estaría pensando en Tasin, que traduce a Chejov en los años 20?)
P.S. Mi ex-alumna Diana Mykhalyuk, que sabe ruso, me confirma que, en el original de Chejov, la enumeración (красивым, смелым, остроумным, одетым по самой последней моде…) tiene que traducirse "guapo, valiente, ingenioso, vestido según las últimas tendencias". El término en cuestión (смелым) puede traducirse como "valiente, osado, atrevido", es decir, "bold" en inglés, que produce la confusión, pero nunca como "calvo". Quod erat demostrandum.
P.D. Leyendo un ensayo de Ricardo Baeza (gran traductor, entre otros, de Oscar Wilde) sobre la traducción, de igual título que este post (Traduttore: traditore), donde se queja del bajo nivel de las traducciones a lengua española en su época (escribe en 1928), hace la siguiente observación, que creemos viene muy a cuento con lo que acabamos de analizar: "dejando a un lado ese fraude de traducir de una traducción, tan frecuente entre aquellos traductores que gustan precisamente de figurar como traductores "directos" del inglés, el alemán o el ruso."
(Subrayado mío. ¿Estaría pensando en Tasin, que traduce a Chejov en los años 20?)