Nuestro español semiculto, cuando quiere hacer alarde de conocimientos y mostrar que ha leído la inmortal obra de Cervantes, apela a la fabla quijotesca y nos espeta un “desfacer entuertos” que nos deja atónitos. En la edición crítica con que el Instituto Cervantes celebraba el cuarto centenario de la publicación del Quijote, dirigida por Francisco Rico, se deja muy claro en la nota 2 de la página 34 que se trata de un error muy común, pues Cervantes jamás utiliza esa expresión, sino “enderezar tuertos”. Literalmente tuerto vale por “torcido” (por eso Don Quijote lo usa sobre todo con enderezar), en contraposición a derecho, y de ahí la relación con “desarreglos” e “injusticia”.
La primera vez que aparece el término tuerto en la obra es en un soneto de los preliminares (De Solisdán a Don Quijote de la Mancha), que en el verso 6 dice “pues tuertos desfaciendo habéis andado”. En el capítulo 19 es el propio Don Quijote quien proclama: “quiero que sepa vuestra reverencia, que soy un caballero de la Mancha, llamado Don Quijote, y es mi oficio y ejercicio andar por el mundo enderezando tuertos y desfaciendo agravios”. Encontramos por vez primera la pareja que tanto se va a usar en la novela, pero los tuertos se enderezan y los agravios se desfacen.
domingo, 3 de noviembre de 2013
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