Todos convinimos en que, después de las gesticulaciones futuristas y ultraístas, el surrealismo contenía una mayor carga de posibilidades estéticas. El ultraísmo había agotado muy pronto sus pirotecnias y sus caligramas. En cuanto al futurismo, todavía más “exterior”, bien pudimos decir que presenciamos su entierro cuando asistimos, con innegable curiosidad, a una pintoresca conferencia que su inventor, Filippo Tommasso Marinetti, pronunció en el teatro Novedades de Barcelona, en febrero de 1928, que fue una confesión lamentable de teatralismo y vaciedad. En cambio, el surrealismo tenía una mayor fuerza intencional y una más honda trascendencia histórica. Aprendíamos a rastrear, en efecto, actitudes presurrealistas en El Bosco, en Goya, en Blake, en Lautréaumont, en Nerval, en Raymond Radiguet. Aquel “automatisme psychique pur” que nos recomendaba Bréton era la llave que nos introducía en hondas y deleitables simas inexploradas. El mundo subconsciente –con su gelatinosa fluidez de acuario- abría mundos de tremenda fuerza creadora –que no pudieron sospechar siquiera los poetas clásicos-. Todo un océano de misterio y de poesía invitaba al buceo y a la aventura estética. Denominar a nuestra tertulia “grupo de los surrealistas” tenía, pues, un cierto sentido definidor de nuestra estimación por esta importante posibilidad de “invención” de mundos.
(Guillermo Díaz-Plaja: Memoria de una generación destruida (1930-1936), p. 74)
lunes, 26 de abril de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
Refranes para el Día del Libro
- Quien lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.
- El estudio es para el niño lo que para la tierra el cultivo.
- Raíz amarga es la del estudio; pero muy dulce su fruto.
- Saber que no es comunicativo en bien poco lo estimo.
- La ciencia dándose, crece; y guardándose, empobrece.
- Todo está en los libros.
- El estudio es para el niño lo que para la tierra el cultivo.
- Raíz amarga es la del estudio; pero muy dulce su fruto.
- Saber que no es comunicativo en bien poco lo estimo.
- La ciencia dándose, crece; y guardándose, empobrece.
- Todo está en los libros.
sábado, 24 de abril de 2010
viernes, 23 de abril de 2010
Para celebrar el día del Libro me envían este poema
Yace aquí el Hidalgo fuerte
Que a tanto extremo llegó
De valiente, que se advierte
Que la muerte no triunfó
De su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco;
Fue el espantajo y el coco
Del mundo, en tal coyuntura,
Que acreditó su ventura,
Morir cuerdo y vivir loco.
Autor: Un tal Cervantes
Que a tanto extremo llegó
De valiente, que se advierte
Que la muerte no triunfó
De su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco;
Fue el espantajo y el coco
Del mundo, en tal coyuntura,
Que acreditó su ventura,
Morir cuerdo y vivir loco.
Autor: Un tal Cervantes
domingo, 18 de abril de 2010
Celebremos el día del Libro escuchando con los ojos a Quevedo
Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
jueves, 15 de abril de 2010
Un verso de Paul Verlaine evocado por Borges en la dedicatoria de sus Obras Completas
Dedicatoria de Obras completas
A Leonor Acevedo de Borges
Quiero dejar escrita una confesión, que a un tiempo será íntima y general, ya que las cosas que le ocurren a un hombre les ocurren a todos. Estoy hablando de algo ya remoto y perdido, los días de mi santo, los más antiguos. Yo recibía regalos y yo pensaba que no era más que un chico y que no había hecho nada, absolutamente nada, para merecerlos. Por supuesto, nunca lo dije; la niñez es tímida. Desde entonces me has dado tantas cosas y son tantos los años y los recuerdos. Padre, Norah, los abuelos, tu memoria y en ella la memoria de los mayores -los patios, los esclavos, el aguatero, la carga de los húsares del Perú y el oprobio de Rosas-, tu prisión valerosa, cuando tantos hombres callábamos, las mañanas del Paso del Molino, de Ginebra y de Austin, las compartidas claridades y sombras, tu fresca ancianidad, tu amor a Dickens y a Eça de Queiroz, Madre, vos misma.
Aquí estamos hablando los dos, et tout le reste est littérature, como escribió, con excelente literatura, Verlaine.
A Leonor Acevedo de Borges
Quiero dejar escrita una confesión, que a un tiempo será íntima y general, ya que las cosas que le ocurren a un hombre les ocurren a todos. Estoy hablando de algo ya remoto y perdido, los días de mi santo, los más antiguos. Yo recibía regalos y yo pensaba que no era más que un chico y que no había hecho nada, absolutamente nada, para merecerlos. Por supuesto, nunca lo dije; la niñez es tímida. Desde entonces me has dado tantas cosas y son tantos los años y los recuerdos. Padre, Norah, los abuelos, tu memoria y en ella la memoria de los mayores -los patios, los esclavos, el aguatero, la carga de los húsares del Perú y el oprobio de Rosas-, tu prisión valerosa, cuando tantos hombres callábamos, las mañanas del Paso del Molino, de Ginebra y de Austin, las compartidas claridades y sombras, tu fresca ancianidad, tu amor a Dickens y a Eça de Queiroz, Madre, vos misma.
Aquí estamos hablando los dos, et tout le reste est littérature, como escribió, con excelente literatura, Verlaine.
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jueves, 1 de abril de 2010
Ejemplo de análisis sintáctico redactado, sin esquema de cajas
Compré el libro que me recomendaste y lo he leído de un tirón, pero no he entendido nada.
Nos encontramos con 3 proposiciones coordinadas: las dos primeras copulativas y unidas entre sí por el nexo y; la tercera, adversativa respecto a las anteriores, introducida por el nexo pero. La primera de las coordinadas incluye una proposición subordinada adjetiva en el complemento directo.
Empecemos, pues, a analizarlas: el sujeto de la primera coordinada es elíptico (yo), y el predicado: compré el libro que me recomendaste. Su núcleo verbal es compré, y el libro que me recomendaste, complemento directo. Dentro de él, el núcleo será libro, introducido por el determinante el, y con una proposición subordinada adjetiva complementándolo: que me recomendaste. El sujeto de la adjetiva es elíptico (tú), y el predicado: que me recomendaste. Su núcleo verbal recomendaste; el complemento directo es el pronombre relativo que, que introduce la subordinada; y también hay un complemento indirecto: me.
El sujeto de la segunda coordinada es también elíptico (yo, de nuevo); el predicado: lo he leído de un tirón. Su núcleo verbal, he leído;con lo como complemento directo; y de un tirón como complemento circunstancial de modo, que se descompone: enlace (de) y término (un tirón), y luego el término: determinante (un) y núcleo (tirón).
En la tercera proposición coordinada, la adversativa, el sujeto vuelve a ser elíptico (yo); y el predicado: no he entendido nada. Su núcleo verbal: he entendido; que va precedido por un complemento de negación (no), y a quien sigue un complemento circunstancial de cantidad (nada), que constituye a la vez un refuerzo de la anterior negación.
La modalidad oracional de la oración analizada es enunciativa.
Nos encontramos con 3 proposiciones coordinadas: las dos primeras copulativas y unidas entre sí por el nexo y; la tercera, adversativa respecto a las anteriores, introducida por el nexo pero. La primera de las coordinadas incluye una proposición subordinada adjetiva en el complemento directo.
Empecemos, pues, a analizarlas: el sujeto de la primera coordinada es elíptico (yo), y el predicado: compré el libro que me recomendaste. Su núcleo verbal es compré, y el libro que me recomendaste, complemento directo. Dentro de él, el núcleo será libro, introducido por el determinante el, y con una proposición subordinada adjetiva complementándolo: que me recomendaste. El sujeto de la adjetiva es elíptico (tú), y el predicado: que me recomendaste. Su núcleo verbal recomendaste; el complemento directo es el pronombre relativo que, que introduce la subordinada; y también hay un complemento indirecto: me.
El sujeto de la segunda coordinada es también elíptico (yo, de nuevo); el predicado: lo he leído de un tirón. Su núcleo verbal, he leído;con lo como complemento directo; y de un tirón como complemento circunstancial de modo, que se descompone: enlace (de) y término (un tirón), y luego el término: determinante (un) y núcleo (tirón).
En la tercera proposición coordinada, la adversativa, el sujeto vuelve a ser elíptico (yo); y el predicado: no he entendido nada. Su núcleo verbal: he entendido; que va precedido por un complemento de negación (no), y a quien sigue un complemento circunstancial de cantidad (nada), que constituye a la vez un refuerzo de la anterior negación.
La modalidad oracional de la oración analizada es enunciativa.
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