El profesor de COU, comparatista amateur, descubrió por su cuenta el vínculo entre un poema de Cernuda y otro de Éluard (luego ha visto que Derek Harris ya lo había señalado en un lejano artículo), y le complacía comunicar sus pequeños hallazgos en clase. Así que, cuando explicaba a Cernuda, uno de los poemas que comentaba era “Te quiero” (de Los placeres prohibidos), y lo ponía en relación con el poema francés, un poco anterior. Copiemos, pues, ambos poemas, y repesquemos el antiguo comentario (de mediados de los años 80).
Te quiero.
Te
lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la
arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te
lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y
sonríe en todas las cosas inocentes;
Te
lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen
el cielo,
tristezas fugitivas;
Te
lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que
se cubren de rubor repentino;
Te
lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de
sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la
alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero
así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo
con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con
el olvido.
(Luis Cernuda: Los placeres prohibidos, 1931)
Je
te l'ai dit pour les nuages
Je te l'ai dit pour l'arbre de la
mer
Pour chaque vague pour les oiseaux dans les feuilles
Pour
les cailloux du bruit
Pour les mains familières
Pour
l'oeil qui devient visage ou paysage
Et
le sommeil lui rend le ciel de sa couleur
Pour toute la nuit
bue
Pour la grille des routes
Pour la fenêtre ouverte pour
un front découvert
Je te l'ai dit pour tes pensées pour tes
paroles
Toute caresse toute confiance se survivent.
(Paul
Éluard: L'amour,
la poésie, 1929)
Te
lo dije por las nubes
Te lo dije por el árbol del mar
Por
cada ola por los pájaros en las hojas
Por
las piedras del ruido
Por
las manos familiares
Por
el ojo que se torna rostro o paisaje
Y el sueño le vuelve de su
color el
cielo
Por
toda la noche bebida
Por
la reja
de las
carreteras
Por
la ventana abierta por una frente descubierta
Te lo dije por tus
pensamientos por tus palabras
Toda caricia toda confianza se
sobreviven.
(traducción de Jorge Urrutia)
Un cotejo no excesivamente detallado del texto de Cernuda y el de Éluard nos muestra una inequívoca vinculación, que habría que entender como influjo del poeta francés en el español. No debemos olvidar que Cernuda pasa el curso de 1928-29 como lector de español en Toulouse y que, por consiguiente, debió estar muy al tanto de la poesía francesa del momento (años de eclosión del surréalisme). En 1929 se publica L´amour la poésie, de Paul Eluard, poemario que ya desde el título influye en el libro que Cernuda escribe ese mismo año: Un río, un amor.