Corría el verano de 1984 y asistía a un curso sobre “Edad Media y Literatura Contemporánea” de la U.I .M.P. que, en el Palacio de la Magdalena , dirigía Francisco Rico. Juan Benet era uno de los invitados y presentó una ponencia que tenía mucho de boutade y provocación. Pero además daba una charla o participaba en una mesa redonda en la sala grande del palacio. Acudió con un bigote faulkneriano que hasta entonces no le había visto y con el que aparece en muchas fotos posteriores. Yo, que me preciaba de osado e ingenioso, cuando llegó el momento de que pudiera hablar el público participante, quise preguntarle si ese blanquecino mostacho que lucía era otra forma de homenaje a su escritor predilecto, pero había oído hablar de la mordacidad de Benet y no me atrevía a retarlo en un terreno tan freudianamente personal. Así que me mordí la lengua y mi duda no llegó a alzarse hasta la tarima. No me arrepentí de ser prudente, pues minutos después, una joven estudiante, ingenua y desafortunada, le espetó:
- ¿Qué opina, señor Benet, de la nomenclatura novela histórica?
El escritor dudó un instante:
- ¿Nomenclatura?... ¿Novela histórica?... Tiene que haber páginas.
Por una injusticia de la indiferente naturaleza la tierra no se abrió para recibir en su seno a la desventurada señorita, con el rojo de cuyas mejillas se podría haber pintado con creces el salón grande en que transcurría el acto.
3 comentarios:
Disculpa que te contradiga: la conferencia de Benet sobre literatura mediaval bizantina no fue ninguna boutade. Años después la publicaría el profesor Rico y no sólo es muy erudita sino interesante. Ya te buscaré la referencia. En cuanto al bigote: era negro. Lo que tenía plateado era el cabello. Puedes verificarlo en cualquier foto.
Disculpa que te contradiga: la conferencia de Benet sobre literatura mediaval bizantina no fue ninguna boutade. Años después la publicaría el profesor Rico y no sólo es muy erudita sino interesante. Ya te buscaré la referencia. En cuanto al bigote: era negro. Lo que tenía plateado era el cabello. Puedes verificarlo en cualquier foto.
Gracias por el comentario. En lo del bigote se me escapó una metonimia, pues lo blanquecino de los cabellos lo atribuí al mostacho. El error es perceptible en la misma foto que acompaña a mi texto. La conferencia está recogida en "Edad media y literatura contemporánea", libro que poseo y que, editado por Rico, tiene colaboraciones de Gil de Biedma, Fernán Gómez, Goytisolo o la de Benet, a la que, tras la charla santanderina, nunca me he atrevido a hincarle el diente. Algún día lo haré.
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