viernes, 10 de junio de 2011

Un canon -más o menos objetivo- del cuento.

La Colifata cita en su blog “El decálogo del perfecto cuentista” de Horacio Quiroga, cuyo primer mandamiento reza así:

“1- Cree en el maestro –Poe, Maupassant, Kiplig, Chejov- como en Dios mismo.”

Esto me ha recordado mis antiguas indagaciones en busca de un canon –más o menos objetivo- del género. Para ello lo que hice fue leer a varios tratadistas (algunos también cuentistas, como el propio Quiroga) y cruzar sus referencias. Así obtendría una idea más o menos general de lo que constituye –tanto en autores como en obras- la flor y nata del género.

Hace muchos años, en la biblioteca del British Institute, leí un ensayo del novelista –y cuentista- W. Somerset Maugham titulado “The short story”. A pesar de precedentes notables, como Boccaccio y Cervantes, el género llega a su madurez en el siglo XIX. La nómina de grandes cuentistas la constituían, en su opinión, Anton Chejov (“Los campesinos”, “La dama del perrito”, “La celda número 6”...), Guy de Maupassant (“Boule de suif”, “La parure”...), Rudyard Kipling, Katherine Mansfield, E. A. Poe, Henry James...

Julio Cortázar, maestro del género en cuestión, en su brillante ensayo “Algunos aspectos del cuento”, cita como grandes cuentistas a Franz Kafka, Henry James, K. Mansfield, E. A. Poe, Chejov o Hemingway. Además, hace una selección de sus cuentos favoritos: “Tengo “William Wilson” de Edgar A. Poe; tengo “Bola de sebo” de Guy de Maupassant. Los pequeños planetas giran y giran: ahí está “Un recuerdo de Navidad” de Truman Capote; “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” de Jorge Luis Borges; “Un sueño realizado” de Juan Carlos Onetti; “La muerte de Iván Ilich”, de Tolstoi; “Fifty Grand”, de Hemingway; “Los soñadores”, de Isak Dinesen, y así podría seguir y seguir...”

El tratadista español Mariano Baquero Goyanes, en “Qué es el cuento”, considera al XIX el siglo del cuento, y cita entre sus maestros a Maupassant, Daudet, Chejov, Oscar Wilde, E. A. Poe y Hoffmann.

Vargas Llosa, en La verdad de las mentiras, hablando de Dublineses de Joyce, cita algunos de sus cuentos, “cuya inigualable maestría los hace dignos de figurar, con algunos textos de Chejov, Maupassant, Poe y Borges, entre los más admirables que ha producido ese género.”

Hay tres nombres que aparecen siempre: E. A. Poe, Maupassant y Anton Chejov. Habrá que considerarlos como los maestros indiscutibles del género.

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