sábado, 7 de junio de 2025

Barenboim, el acontecimiento musical y su reseña (Valencia 1998)

 

Traigo hoy al blog una lejana crítica de un verdadero acontecimiento musical al que asistí. Es muy frecuente que, cuando vamos a un concierto, pasamos un buen rato oyendo sonidos gratamente acordados, pero la Música (y ahora la escribo con mayúsculas) no comparece. Hay sonidos bien dispuestos, cierto ritmo placentero, pero, como decía, la invitada de honor, no se presenta. Cierto es que, para decir esto, estoy manejando una noción de Música algo mística, como episodio sublime y trascendente en la vida de una persona, que le conecta con algo que está fuera del tiempo ordinario. Así entendida, yo diría que tal vez en el 80 % de los conciertos la Música no comparece. Es verdad que, cuando lo hace, se produce la experiencia de lo que, con palabras de Lezama Lima (y que algún día intentaré explicar), podemos denominar la cantidad hechizada.

 

Pues bien, el concierto que nos ocupa fue uno de esos memorables, en que no sólo la invitada se presenta, sino que se produce tal fusión de artista y público que rebasa cualquier expectativa posible, por más optimista que fuera. Es por ello que, hoy, 27 años después de ocurrido, me apetece recordarlo. Y lo hago a través de una magnífica reseña de Gonzalo Badenes que, por entonces, solía escribir las notas a los programas de mano del Palau de la Música de Valencia, y también hacía crítica musical en El País.

miércoles, 4 de junio de 2025

Tangencias inauditas: Josquin des Prez y W. H. Auden: memoria de los muertos

 

Estamos a finales  del siglo XV. Ha muerto Johannes Ockeghem, uno de los maestros de la polifonía franco-flamenca, en 1497. El cronista francés Jean Molinet escribe un sentido poema, que Josquin des Prez musicará, creando una de las obras maestras de este tipo de música: Déploration de la mort d´Ockeghem. Lo que hace Josquin es alternar, polifónicamente, el poema de Molinet con las siguientes palabras del cantus firmus:

 

Requiem aeternam dona eis, Domine,

Et lux perpetua luceat eis.

Requiescat in pace. Amen.

 

Traigo hoy al blog el excelente poema de

Molinet, del que intento una versión, al tiempo que hago un par de aclaraciones.

domingo, 1 de junio de 2025

Sobre el turismo: con Unamuno de viaje por Extremadura

 

Por aquel salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras de Valencia, en los años de la Transición, pasaron notables figuras de las letras: recuerdo a Manuel Puig, a Juan Goytisolo, o a los numerosos grupos teatrales que nos trajo Antoni Tordera (Caterva de Gijón, Esperpento de Sevilla o el Libre Teatro Libre Latinoamericano, por ejemplo). Un buen día un grupo de jóvenes muy modernos y à la page presentaban una revista de nombre ambiguo, Diwan, que tanto podía aludir  al diván de Freud, como al farol de considerarse los número uno. Allí estaban Alberto Cardín, Biel Mesquida y también Jiménez Losantos. El caso es que tras mostrar su refinamiento, inteligencia y actitud polémicamente avanzada (hablaban mucho de Lacan, Barthes y otros), al llegar el turno de palabras, la tomó un extraño en el público (no se trataba de un universitario), con ciertos indicios de retraso, o desorientación, que dijo:

- Todo eso está muy bien. Pero yo pienso que lo que hay es que leer más a Unamuno.

Sensación de tierra trágame generalizada, y uno de los jóvenes (tal vez Jiménez Losantos) supo complacer al espontáneo ponderando lo mucho que él apreciaba a don Miguel.

 

Recuerdo esto porque hoy, releyendo a don Miguel (el Unamuno que prefiero es el de los libros de viajes o ensayos cortos sobre arte), precisamente algunas de las crónicas que escribía para La Nación, de sus andanzas por Portugal y España, las relacionadas con el reciente viaje que he hecho por Extremadura, me topo con algunos pasajes interesantes.