Margarete Buber-Neumann, insigne mujer, dedicó un libro a su amiga Milena Jesenská, quien tuvo una relación sentimental con Kafka. En un momento narra un incidente que tuvo con sus guardianes nazis del campo de exterminio de Auschwicz, donde murió.
“La Gestapo la observaba. Pronto tuvo lugar el primer interrogatorio. Le preguntaron si se relacionaba con judíos, a lo que Milena respondió sin dudar: “¡Pues claro! ¿Tiene usted algo que objetar?”. Luego el funcionario de la Gestapo quiso saber dónde estaba un amigo suyo judío, a lo que, por supuesto, no obtuvo contestación. Hacía ya mucho tiempo que estaba en el extranjero. La siguiente pregunta, malévola, fue: “¿Es judío, tal vez, el padre de su hija?”. Milena, con tono compungido, contestó: “No, por desgracia, y, además, por casualidad”. Entonces el hombre de la Gestapo perdió del todo la calma y le gritó furioso: “¡Escuche! ¡Aquí no estamos acostumbrados a que nos contesten así”. Y Milena le replicó: “Ya lo supongo. Pero yo tampoco estoy acostumbrada a que me interroguen así...”.
Margarete Buber-Neumann: Milena. Tusquets, 1987
lunes, 14 de mayo de 2012
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