Ahora que nos acercamos a Dante y su Commedia, traigo aquí un soneto de amor dedicado a Beatrice (¡a quién si no!) que considero una de las cosas más finas que jamás se hayan escrito. Me lo dio a conocer años ha Dámaso Alonso en las páginas de su admirable Poesía española. Su intento de traducción (toda traducción es un intento fallido) transcribo:
Tanto gentile e tanto onesta pare
la donna mia quando ella altrui saluta,
ch'ogne lingua deven tremando muta,
e li occhi no l'ardiscon di guardare.
Ella si va, sentendosi laudare,
benignamente d'umiltà vestuta;
e par che sia una cosa venuta
di cielo in terra a miracol mostrare.
Mostrasi si piacente a chi la mira,
che da per li occhi una dolcezza al core,
che'ntender non la può chi non la prova;
e par che de la sua labbia si mova
un spirito soave pien d'amore,
che va dicendo a l'anima: sospira.
(Dante Alighieri da Vita Nova)
Tan gentil, tan honesta en su pasar
es mi dama cuando ella a alguien saluda,
que toda lengua tiembla y queda muda,
y los ojos no la osan contemplar.
Ella se va, oyéndose alabar,
benignamente de humildad vestida,
y parece que sea cosa venida
un milagro del cielo acá a mostrar.
Muestra un agrado tal a quien la mira,
que al pecho, por los ojos, da un dulzor,
que no puede entender quien no lo prueba;
parece de sus labios que se mueva
un espíritu suave, todo amor,
que al alma va diciéndole: suspira.
(Traducción: Dámaso Alonso)
martes, 1 de noviembre de 2011
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