Juan Carlos Onetti, experto en infernalidades, nos describe así la experiencia de su "héroe" Larsen, también conocido como Juntacadáveres, al visitar un antro llamado El Chamané:
Larsen entró un sábado con Kuntz y no pasó del mostrador. Estuvo examinando a las mujeres con una especie de aterrorizada fascinación y acaso pensó que un Dios probable tendría que sustituir el imaginado infierno general y llameante por pequeños infiernos individuales. A cada uno el suyo, según una divina justicia y los méritos hechos. Y acaso pensó que un Chamamé siempre en medianoche de sábado, sin pausa, sin músicos mortales que callaban en la madrugada para reclamar el bife a caballo, era el infierno que le tenía destinado desde el principio del tiempo, o el que él se había ido ganando, según se mire.
(Juan Carlos Onetti: El astillero)
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2 comentarios:
¡Complejo!No sé si he entendido de la mitad del escrito hacia abajo.Me gusta aunque creo haber entendido,¿la mitad ?.¡Complejo,muy complejo!.
Un abrazo
Te falta el contexto para entenderlo bien, pero no es tan complejo. El infame garito llamado El Chamané, en una horrible,ruidosa e interminable noche de sábado, sería el infierno particular al que estaría destinado Larsen.
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