Recibo un libro, de un viejo amigo, cuyo primer capítulo comienza así:
"Grecia es el comienzo, la semilla, la materia prima sobre la que se elabora, con el concurso imprescindible de la admiración fecunda y consciente de Roma y de la tensa y pasional modulación cristiana, la tradición humanística. Como la cama que se construye Ulises, labrada en el tronco ya plantado de un robusto olivo y alrededor de la cual erige su cámara, el humanista, tras los azarosos viajes del espíritu, siempre vuelve, como el héroe homérico, a querer descansar en ese lecho."
(Javier García Gibert: Sobre el viejo humanismo. Exposición y defensa de una tradición.)
domingo, 2 de mayo de 2010
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