Monje junto al mar, la pintura de que os hablé hoy en clase. Como se puede observar, no responde a ninguno de los cánones de
belleza clásica. Y es que los románticos cultivaron una estética de lo
sublime. (Cfr. I. Kant:
Lo bello y lo sublime.)
Tengo alguna pintura más de Caspar David Friedrich en la parte baja del blog.
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